Autor: Ing. Agr. Fernando Hernández

 

Mejorar la productividad por hectárea induce a un aumento en el uso de fertilizantes, el alto costo que han adquirido presiona a un mejor uso del mismo y el impacto ambiental que generan los abonos obliga a racionalizar la dosificación. Todos estos aspectos serán debatidos a continuación, sentando las bases para definir con que, como, cuando  y con cuanto fertilizar.

 

Tasa de extracción de los fertilizantes (Con cuanto fertilizar):

 

Con cada tonelada de maíz que se cosecha se saca del ecosistema agrícola una determinada cantidad de los nutrientes que componen dicho grano, es decir de los 17 elementos de la tabla periódica que componen a las plantas, mas los elementos beneficiosos que esta posea al momento de la cosecha. A esto hay que sumarle los nutrientes contenidos en el follaje, si son usados para alimentación animal, igual sucede con cualquier otro cultivo, incluyendo los pastizales, donde la extracción no ocurre con lo que comen los animales en pastoreo, sino con los elementos que se van con la venta de los animales.

 

Otras perdidas de nutrientes ocurre por la lixiviación y por la erosión que también deben ser tomados en cuenta al momento de realizar los cálculos, finalmente la eficiencia en la absorción del nutriente y su biodisponibilidad es digna de consideración, en el caso de la eficiencia podemos mencionar a la urea que si se aplica en un suelo seco se puede perder por volatilización casi en un 100% y en el lado de la biodisponibilidad mencionaremos al fosfato monoamónico que es una fuente de fósforo 100% disponible para la planta en comparación a la roca fosfórica donde la disponibilidad es muy baja y a largo plazo.

 

Si la cosecha de maíz es baja digamos 2 ton/Ha., los requerimientos de fertilizantes serán sustancialmente menores a si la cosecha llega a 8 ton/Ha. Sin embargo no puede decirse que sólo aumentando la fertilización pasaremos a de 2 Ton/Ha. A 8 Ton/Ha., para ello también debemos considerar los otros factores limitantes que puedan afectar al cultivo como son el potencial genético de la semilla usada, la presencia de plagas, enfermedades, limitantes climáticas, etc. Por ello es que la cantidad de fertilizante a aplicar depende de la producción y no a la inversa, si aplicamos fertilizante para alcanzar 8 ton/Ha., y nuestra producción real es de 2 ton/Ha., el fertilizante no utilizado va ser lixiviado contaminando las aguas profundas, puede incrementar la salinidad del suelo, puede ser erosionado eutroficando ríos, lagos o el mar, o va alimentar una superpoblación de malezas. Es conveniente sincerar la cantidad de fertilizante a usar dependiendo de nuestro potencial de producción e ir incrementando en la medida que mejoremos las otras variables que intervienen en el proceso.

 

El contenido de abonos del suelo debe considerarse al momento de hacer los cálculos para ello es necesario los análisis de suelo, por lo que a lo que se debe aplicar le restaremos el contenido del suelo y si usamos análisis foliares podemos hacer correcciones partiendo de la eficiencia del sistema radical en hacer la absorción de nutrientes.

 

Fase de desarrollo del cultivo (Cuando fertilizar):

 

Las plantas al principio crecen muy lento, luego entran en una fase crecimiento acelerado y finalmente van deteniendo paulatinamente su ritmo de crecimiento, si se lograra colocar el fertilizante día a día como ocurre en los sistemas hidropónicos o en el riego por goteo ese debería ser el ritmo de colocación de los nutrientes, es decir poco al principio, subir paulatinamente la dosis diaria mientras la planta crece y luego disminuir la dosis de fertilizantes en la medida que la planta detiene su crecimiento. En el caso de plantas que producen frutos la dosis de fertilizantes también varia dependiendo del ritmo en que crecen la totalidad de frutos que tiene la planta, es decir a la cantidad de fertilizante que la planta necesita para crecer hay que sumarle la que necesita para formar los frutos. Hemos diseñado un programa para calcular estas variables en tomate bajo techo y si nos contactan a comentarios@agro-tecnologia-tropical.com podremos estudiar la forma de aportar el conocimiento tecnológico adaptado a sus necesidades.

 

En el caso de cultivos tradicionales sin riego por goteo debemos considerar una alcancía llamada suelo, los suelos arcillosos tienen mayor capacidad de guardar fertilizantes y los suelos arenosos muy poca, es por ello que si su suelo es arenoso le recomendamos hacer varias fertilizaciones a lo largo del ciclo de cultivo y si el suelo es arcilloso usted puede lograr el cultivo fertilizando con menor frecuencia, cabe la salvedad que en este último caso que si usted fertiliza con alta frecuencia no se le generará malos resultados en su cultivo sólo es cuestión de la economía en  la aplicación, con poca frecuencia usted trabaja menos y la mano de obra cada vez es mas cara.

 

En maíz la norma general es aplicar todo el fertilizante al momento de la siembra mas un reabono con urea a los 45 días aproximadamente, en el caso del tomate se hace un abonado de base al momento de la siembra, luego uno mas intenso con el primer aporque y finalmente otras abonadas para favorecer el desarrollo de los frutos.

 

Cultivos permanentes tienen consideraciones distintas y la fertilización generalmente induce o refuerzan  fases que se repiten año a año como lo es la floración, la generación de nuevo follaje o el llenado de frutos, en la zona citricota del  estado Carabobo en Venezuela, la urea se utiliza cuando se desea generar follaje y formulas ricas en potasio cuando se desea un buen desarrollo de frutos.

 

El sistema de riego (Como fertilizar):

 

La fertilización está estrechamente ligada a la suplencia de agua al cultivo, todo esto enmarcado en un proceso conocido como fertirrigación.

 

El sistema de riego natural es la lluvia y los sistemas tradicionales de fertilización estudian los ciclos de lluvia y sequía para definir cuando aplicar el fertilizante, es por ello que en el ejemplo del maíz el primer abono se hace con la siembra y se recomienda ampliamente enterrar ese primer abonado junto con la siembra para que no se pierda por volatilización, todo esto debido a que no se puede garantizar un riego justo después de la siembra, también el suelo debe estar húmedo al momento de hacer el reabono para que no se volatilice la urea, es por ello que en algunos casos se prefiera el nitrato de amonio a la urea que produce menos perdidas de nitrógeno y aumenta la eficiencia.

 

En el caso del riego por goteo el fertilizante se inyecta al riego por algún sistema como los venturis o incluso en algunos casos con mecanismos mas sofisticados pero en todo caso el abono viaja mezclado con el agua y en sistemas sofisticados se habla de partes por millón de fertilizantes en agua (ppm) o en conductividad electrica (ds-m), en la foto se obsevan cuatro venturis trabajando con sus resopectivos flotámetros y una bomba adicional que eleva la presión para producir el diferencial de presión sin tener que estrangular el sistema tal como se hace tradicionalmente. Los manometros miden la presión para que todo esté dentro de los parámetros deseados.

 

El riego por aspersión por su parte permite aplicaciones de fertilizante al voleo o en bandas con el compromiso de hacer un riego una vez que los operarios salen del lote, en el caso de que permanezca abono sobre las hojas este debe ser diluido por el riego de tal forma que no queden partículas que puedan causar quemado puntual en el follaje, en algunos casos se llega a abonar junto con el riego y se tiene que considerar el contenido de sales en el agua, los cuales en todo caso deben ser menores a los tratados en el sistema de riego por goteo. Esta inyección de fertilizantes se hace con un sistema similar al mostrado en la fotografía.

 

El riego por surcos induce a hacer abonados similares al sistema tradicional, sin embargo en el pueblo de Quibor en el estado Lara de Venezuela, se desarrolló un sistema que denominaron por chorrito donde usaban un tambor o recipiente de 200 litros para mezclar agua y fertilizante que luego cae por un chorrito en el surco madre distribuyendose agua y fertilizante por toda la parcela en una suerte de fertirrigación.

 

Costo, eficiencia y disponibilidad (Con que fertilizar):

 

Hay cultivos muy rentables como las flores, varios frutales y  varias hortalizas, regadas por sistema de goteo que soportan en su estructura de costo el uso de fertilizantes hidrosolubles muy costosos como el nitrato de potasio o fosfato monoamónico cristalino, sin embargo hay otros como los pastizales que se adaptan mejor a fertilizantes como la roca fosfórica que tiene una muy baja solubilidad y eficiencia pero a la vez es muy económica, dentro de esa gama hay todas las posibilidades y lo que funciona en un sitio puede que no funciones en otro por el tema del costo o del fertilizante o del cultivo cosechado.

 

Finalmente queremos conocer sus impresiones y casos particulares al correo comentarios@agro-tecnologia-tropical.com. En próximas ediciones profundizaremos estos dilemas de la fertilización y lo adaptaremos a cultivos particulares.

Advertencia: este texto ha sido escrito para dar información a los agricultores, por lo tanto  los estudiantes, profesores y científicos deben visitar el artículo sobre extensión agrícola para ver el alcance de nuestra página web

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