Densidad de Siembra del Cultivo de las Naranjas

Autor Ing. Agr. MsC. Arístides Campos

La densidad de siembra en el cultivo de la naranja es una decisión importante, el cultivo de la naranja es de ciclo largo, un error en esta decisión nos acompañará durante 25 años o mas y es determinante en el rendimiento del cultivo en las etapas iniciales y futuras, en este artículo exponemos los distintos aspectos a considerar al momento de plantar el cultivo de la naranja propios de nuestra experiencia profesional dentro de nuestro programa de asistencia tecnica, así como consideraciones en la fertilización, riego y control de malezas asociados al cultivo de la naranja.

Una vez decidida la forma de la propagación de la naranja con la selección del porta injerto (patrón) y del donador de yemas, se procede a determinar el marco de plantación, es decir que población se va a utilizar para establecer el cultivo en campo. Discusiones e investigaciones diversas se han generado en torno a este tema, algunos (productores e investigadores) afirman que mientras más espacio tenga la planta para desarrollar la copa mas producción se generará, otros que mientras más individuos por área de cultivo mejor aprovechamiento del espacio habrá, sin embargo nuestra experiencia nos permite mostrarles cómo influye el patrón sobre el desarrollo de la copa y como se debe realizar el manejo de la plantación para obtener los beneficios esperados. Consideraremos entonces como desarrollar  el riego, la poda, fertilización y otros aspectos de manejo agronómico con el fin de aproximarnos a la máxima expresión del potencial genético de las plantas que se puede analizar con el rendimiento.

En este artículo nos referiremos a la población es decir cantidad de plantas por hectárea.

En nuestra experiencia profesional y dentro de nuestro programa de asistencia técnica agrícola hemos observado que las plantas en su competencia por agua, luz y nutrientes individualmente responden a las condiciones en las cuales se desarrolla, si se les aporta suficiente agua y nutrientes son frondosas y productivas, pero cuando se las analiza en su conjunto se comportan de manera diferente regulando su tasa de crecimiento, entonces regulan la extracción y se complementan entre ellas, se ha observado que las raíces llegan a confundirse con las de las plantas vecinas, regulan el microclima en su entorno y se comportan como una sociedad de crecimiento positivo, ojo pero no se debe interrumpir esa armonía, si una de ellas desaparece por algún motivo, no se debe incorporar otro individuo, este se desfavorecería porque no va a tener la misma tasa de desarrollo que las ya establecidas, entonces crecerá de forma ahilada con entrenudos muy largos y ramas frágiles, por lo tanto no recomendamos los llamados resiembros. El espacio tanto aéreo como en el suelo lo ocuparan sus vecinas de manera progresiva y equitativa y así se aprovechará el recurso agua y nutrientes que le correspondería a la planta desaparecida y no se interrumpe el equilibrio poblacional.

Un razonamiento válido para realizar los resiembros de plantas nuevas de  naranja es que en ese espacio se desarrollarían malezas, sin embargo creemos que la interpretación debe realizarse desde la población, ellas se auto regulan y llegará el momento en que ese espacio será cubierto por la copa de los árboles vecinos ya establecidos y debido al sombreamiento de estas se produciría una regulación en el crecimiento de las malezas, entonces se debería considerar como si se tratase de una planta en crecimiento y se realizarían las labores (control de malezas) propias para esa edad en ese sitio donde no existe planta. Por otro lado la cantidad de agua que esa planta pequeña recibiría desde el sistema de riego integrado no iría acorde con sus requerimientos entonces podría causar asfixia o aguachinamiento lo que ayuda al  desarrollo inadecuado de la planta. De acuerdo a nuestra experiencia en campo y según el marco de plantación se puede llegar a un máximo de pérdida de plantas hasta de un 15% de la población original si causar detrimento en la producción.
En Venezuela el marco de plantación para algunos productores ha sido tomado primero de sus abuelos que aprendieron de agro técnicos de los diferentes ministerios e instituciones de investigación que se dedicaban al desarrollo del cultivo, luego haciendo análisis propios  llegaron a establecer marcos de plantación de acuerdo a sus necesidades reales, es así que podemos hablar de plantaciones con distancias de 4x6 (416 plantas/ Ha); 7x6,5 (219 plantas/Ha) ; 7,5x6 (222 plantas/Ha) ó 7,5x4 (333 plantas/Ha), sus consideraciones para esto siempre fue en función del desarrollo de la copa y la posibilidad de realizar la mayoría de las labores de forma mecanizada. El investigador del INIA y profesor de la UCV Luis Avilán, propone en su libro de fruticultura un desarrollo de la citricultura en base a altas poblaciones con números que van desde 625 plantas/Ha hasta 833 plantas/Ha y la metodología sería la siguiente: Se establece el cultivo de naranja con alguna de las altas poblaciones antes mencionadas se manejan de acuerdo a sus requerimientos de agua y fertilizante (previo análisis de suelo) y se llevan a un nivel de producción que va hasta los 10 o 12 años luego se realizan entresaques (eliminación de plantas) con porcentajes que van desde un 15 a un 25 por ciento hasta llegar a los 16 años cuando se vuelve a entresacar hasta un 30 por ciento de lo anterior y de ahí en adelante se maneja la plantación como poblaciones menores o tradicionales. En el intermedio de los entresaque se realizan podas por lados contiguos en la hilera es decir un lado sí y un lado no, el que fue podado ese año no producirá pero lo realizará el siguiente y así se lograría un incremento de la producción de manera significativa.
De lo antes dicho y de acuerdo a nuestra experiencia profesional y nuestro programa de asistencia técnica  pudiéramos decir que esta metodología puede funcionar si el agricultor internaliza que los frutales aún cuando son plantas permanentes tienen requerimientos de agua y nutrientes que deben ser aportados diariamente o por lo menos de forma interdiaria en forma de fertirriego ya que los procesos biológicos de ellas aunque lentos son continuos por lo tanto los requerimientos también, se establecería la metodología de aplicación de insumos y se ajustaría según los recursos disponibles hasta llegar al optimo operativo.
 Otro aspecto a considerar es el patrón utilizado para realizar la injertación, cuando se usa la mandarina ‘Cleopatra’ la copa formada no es tan frondosa como al utilizar el limón ‘Volkameriano’ por lo tanto dependiendo de uno o de otro el manejo de la poda que se debe realizar entre cada entresaque debe ser diferente y de forma más seguida con ‘Volkameriano’, por lo tanto se debe realizar una buena selección de patrón para no incurrir en costos adicionales por mano de obra para la poda. 
El control de malezas es otro factor que influye al decidir la distancia entre hileras, normalmente en el cultivo de la naranja  esta labor se hace con tractor y rotativa, debe dejarse espacio suficiente para que pasen estos dos equipos por medio de la plantación aún cuando las plantas hayan alcanzado el máximo de desarrollo de lo contrario se producirán daños a las plantas cada vez que se requiera controlar las malezas.
Si desea mas orientación sobre la densidad de siembra de la naranja antes de incurrir en un error que lo puede acompañar por 25 años no dude en contactarnos a nuestro correo electrónico comentarios@agro-tecnologia-tropical.com, si desea que lo acompañemos permanentemente durante todo los aspectos de su cultivo para reducir las posibilidades de error por desconocimiento puede suscribirse a nuestro programa de asistencia tecnica por intenet

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